Bautista, Juan José. Crítica de la Razón Boliviana: Elementos para una crítica de la subjetividad del boliviano con conciencia colonial, moderna y latino-americana, 3era. Edición, ed. Grito del Sujeto, La Paz, 2010.
El proceso de cambio que se inició en Bolivia con la derrota política de los gestores del modelo neoliberal ha influido para que se de un interesante movimiento cultural e intelectual en nuestro medio, así lo podemos corroborar con las conferencias de personalidades del pensamiento latinoamericano que ensayan nuevas miradas para pensar el mundo desde el sur del continente americano.
Intelectuales bolivianos ligados a las ciencias sociales y al pensamiento filosófico, en este contexto global de reflexión están produciendo material de buen nivel, este es el caso del libro que hoy nos toca reseñar y dar a conocer al público lector, se trata del libro del filósofo Juan José Bautista: “crítica de la razón Boliviana”, que se halla en su tercera edición, siendo esta peculiaridad un mérito en el mercado bibliográfico boliviano. El libro en sus 397 páginas de una edición cuidada, nos presenta un interesante ejercicio de reflexión sobre la “subjetividad boliviana”, la misma que esta atravesada según el autor por tener: Una conciencia colonial, moderna y Latino-americana.
Intelectuales bolivianos ligados a las ciencias sociales y al pensamiento filosófico, en este contexto global de reflexión están produciendo material de buen nivel, este es el caso del libro que hoy nos toca reseñar y dar a conocer al público lector, se trata del libro del filósofo Juan José Bautista: “crítica de la razón Boliviana”, que se halla en su tercera edición, siendo esta peculiaridad un mérito en el mercado bibliográfico boliviano. El libro en sus 397 páginas de una edición cuidada, nos presenta un interesante ejercicio de reflexión sobre la “subjetividad boliviana”, la misma que esta atravesada según el autor por tener: Una conciencia colonial, moderna y Latino-americana.
En base a esta triada de categorías, que funcionan como tesis- hipotéticas, el autor inicia el desarrolla de este trabajo construyendo argumentos con una secuencia lógica que engarzan en un cuerpo capitular que divide al libro en IX partes, en las cuales encontramos una introducción general, que nos da el contexto de las problemáticas a tratar, su visión del presente crítico, y el tema medular que es la crítica de la razón boliviana, la historia de la subjetividad boliviana, la historia de la “subjetividad criollo alto peruana- boliviana”, una historia moderna de la subjetividad boliviana contemporánea y finalmente una reflexión sobre el presente de Bolivia frente al destino de la modernidad, lanzando algunas líneas a seguir en el proceso de transición del pensamiento colonial a la descolonización de la conciencia nacional popular, ampliando su análisis más allá de Bolivia, contribuyendo a desarrollar una crítica de la razón latinoamericana en una búsqueda de pensar el mundo desde América Latina.
El autor, ya desde el título nos anuncia una reflexión filosófica, así como un análisis global sobre la subjetividad boliviana. En la lectura del texto, nos podemos percatar que el autor intenta abordar la problemática boliviana desde la filosofía política, la filosofía de la historia, cuestionando repetidas veces la linealidad de la historia cronológica positivista, que piensa el mundo de forma óntica, como entes separados, sin conexión inmediata, reclamándoles a los historiadores tener una mirada más crítica, bajo otro marco categorial, basado en una visión más holística del mundo, intentando encontrar un horizonte de sentido con carácter ontológico, la razón. Desde la filosofía, trata de pensar no sólo Bolivia sino Latinoamérica, un doble mérito porque se dice que el intelectual boliviano se mira mucho el ombligo y no levanta cabeza para tener una visión global. En el texto podemos encontrar un buen nivel de reflexión, una voluntad expresa de tener una mirada más propia de nuestra realidad.
Pero como toda obra humana imperfecta, es también bueno mostrar en el libro algunos problemas que son claves para iniciar un debate y tratar con cierto detenimiento. El autor con buena formación teórico-filosófica y un vasto conocimiento de la filosofía de la liberación, la teología de la liberación, la teoría de la dependencia y de la descolonización del pensamiento, pues es un alumno aventajado de Dussel, Zemelman y otros, por apresuramiento comete algunos deslices que en una reseña crítica no podemos pasar por alto.
El primer problema que observamos es su falta de conocimiento de la historia y de los historiadores bolivianos que critica repetidas veces de manera genérica, sin hacer consideraciones precisas. El segundo problema, es el manejo conceptual de la historia, pues lo hace con ligereza y cometiendo errores de la historia oficial a la que critica. El tercer problema es que en su reflexión sobre la razón boliviana se hallan confusas las posiciones ideológicas y étnicas.
Pero veamos con más profundidad estos tres problemas del texto en cuestión:
1. La crítica de la razón boliviana, como crítica de la subjetividad boliviana, por lo menos debía tomar en cuenta a sus intelectuales más destacados en el ámbito académico de la historia, no sólo a pensadores de la política o la sociología, en los otros ámbitos de la cultura también esta una parte de toda esa construcción de subjetividad boliviana, Bautista comete un desliz imperdonable, que no cometen, los mejores exponentes del pensamiento nacional pese a sus líneas ideológicas divergentes. De la bibliografía general que presenta excepcionalmente seis intelectuales son bolivianos: Sergio Almaraz, Silvia Rivera, René Zavaleta, Luís Tapia, Marcelo Quiroga Santa Cruz, y él, Filósofos, sociólogos, antropólogos, politólogos, otros, desconoce a los historiadores, hace tabla raza de los historiadores, se da el lujo de hablar del Zarate Willka y de Mohoza(p.86), sin mencionar a Ramiro Condarco Morales que descubrió el personaje escondido por la historia oficial y toma como fuente a Zavaleta, ese desliz no lo cometería el mismo René Zavaleta, que en un acto de humildad sabe que su alma mater no es la historia y que reflexiona en base a material producido por historiadores de oficio, porque él no es un investigador de fuentes primarias de archivos, porque no leyó el juicio al Zarate Willka, porque no se ensució las manos con documentación primaria de archivos, no hizo esas largas caminatas en las comunidades para recopilar datos en una investigación de campo, porque no hizo el análisis y la interpretación de esas fuentes, como sí lo hizo el autor del temible Zarate Willka. Para Bautista, al parecer los intelectuales bolivianos son poca cosa, en su bibliografía, su historiador de referencia es Zavaleta, pero él no es historiador nato, es un filosofo de la política, un filósofo de la historia , un sociólogo, un buen teórico, más no es historiador, por ello él mismo es un asiduo lector de los historiadores, sabe tanto de Gabriel René Moreno, Arguedas, Finot, Crespo, Roca, Arze, así como de Heraclio Bonilla historiador peruano, como de Enrique Tandeter, historiador argentino, o de Silvio Zavala, historiador mexicano, que lee y cita acuciosamente.
Bautista parece desconocer la producción historiográfica boliviana, no sólo de historiadores de la modernidad, positivistas-marxistas, sino también de historiadores indígenas aymaras y quechuas, que tienen otras miradas del proceso histórico boliviano, pero además, de gente vinculada a las ciencias sociales y a la filosofía, mostrando su bagaje teórico en pensadores como Hinkelammert , Dussel, Habermas, Apel, Tonni Negri, bibliografía vigente en boga, que aporta interesantes insumos teóricos sobre la subjetividad latinoamericana, pero no sobre la realidad boliviana.
Bautista no considera a los intelectuales aymaras, los que han producido mucha crítica a la visión eurocentrista de la modernidad, desde Fausto Reynaga hasta Félix Patzi: ¿es que para Bautista los intelectuales en Bolivia son piojos tuertos, no son material para reflexionar sobre la subjetividad boliviana, sobre su propia subjetividad?, ¿ entonces que han venido haciendo pensadores como Roberto Prudencio, Carlos Romero, H.C.F Mansilla, Fernando Montes, Franz Barrios Suvelza, Javier Medina, Blithz Lozada, Felix Patzi, Raúl Prada, Josef Estermann, y otros que tienen miradas diferentes sobre la subjetividad del hombre andino, del boliviano y la boliviana?, esa es una pregunta abierta a todos quienes creen saber y tienen algunas ideas sobre: ¿cómo es la mirada de la subjetividad boliviana de nuestros intelectuales de las diversas ramas sociales y culturales?
2.- Una segunda problemática a señalar es el manejo conceptual de la historia que hace Bautista, por ejemplo ya en la entrada del texto ( nota preliminar) nos da a conocer de la existencia de un ayllu llamado Chuquiago Marka, la pregunta que enseguida nos hicimos fue ¿si existe un ayllu llamado Chuquiago Marka?, las investigaciones históricas reportan ayllus en la gran marka de Chuquiago o Chuquiago Marka, este puede ser un elemento minúsculo que denota ligereza, no que el autor crea que los ayllus son unidades mayores a las Markas o los suyus, tema que analiza al interior del texto.
Lo propio ocurre con esta referencia: “los levantamientos indígenas liderizados por Los hermanos Katari y Bartolina Sisa” (259). Al parece nuestro autor asume que uno de esos hermanos Katari, era Tupac Katari, lo que es falso, los hermanos Katari, eran Dámaso, Tomás y Nicolás, notándose su desconocimiento de la historia, elimina al hombre más importante en las reflexiones del presente, en nuestro país, Julian Apaza (Tupac Katari, su nombre de Guerra). Así como estas ligerezas podemos encontrar muchas.
Un tema más de fondo en el texto es la continuidad que le da Bautista al uso de términos tradicionales como: Alto Perú, Lo alto peruano, que si bien aparece en los documentos de fines del siglo XVIII, es una ficción creada por la historiografía, Peruana y Argentina, para no reconocer, la existencia ya independiente de Charcas, nombre colonial de nuestras tierras, tesis que defienden desde hace años atrás, Historiadores como Guillermo Ovando, Josef Barnadas y Juan Jauregüi. Bautista copia acríticamente categorías de una historiografía interesada en desplazarnos del escenario académico, bajo discriminación, ¿dónde está el nuevo marco categorial que el autor pregona?.
3. El tercer problema es que en su reflexión sobre la razón boliviana se hallan confusas las posiciones ideológicas y étnicas, nos preguntamos si la subjetividad aymara, quechua, tupiguarani, es equivalente a la subjetividad boliviana, respecto a ello, existen posiciones encontradas, los indianistas, los indigenistas, los izquierdistas y los derechistas interpretan de manera diferente el tema de la subjetividad e intersubjetividad de los bolivianos de los grupos sociales, así que este es un punto que el autor nos abre a la reflexión pero no encontramos una respuesta convincente.
3. El tercer problema es que en su reflexión sobre la razón boliviana se hallan confusas las posiciones ideológicas y étnicas, nos preguntamos si la subjetividad aymara, quechua, tupiguarani, es equivalente a la subjetividad boliviana, respecto a ello, existen posiciones encontradas, los indianistas, los indigenistas, los izquierdistas y los derechistas interpretan de manera diferente el tema de la subjetividad e intersubjetividad de los bolivianos de los grupos sociales, así que este es un punto que el autor nos abre a la reflexión pero no encontramos una respuesta convincente.
Al autor, que sin duda es un destacado intelectual que busca la construcción de un pensamiento nuevo, bajo otros marcos categoriales más propios, le falta humildad para leer con detenimiento a sus mayores, que han hecho igual o mayor esfuerzo que él, para entender Bolivia y sus contrastes, producir un libro de tamaña envergadura sólo comparable al trabajo de Octavio Paz en el caso mexicano con su “Laberinto en la soledad”, o ha Franzt Fanon en “ Los condenados de la tierra”, que analiza el problema de la colonización y la descolonización, requiere conocer a sus pensadores aunque no nos guste su forma de pensar, porque aquel aforismo tan famoso de la editorial y librería los Amigos del Libro seguramente acuñado por Guttentag, es nomás una verdad “no leer lo que Bolivia produce es no saber lo que Bolivia es”. Pero el lector construirá su propio criterio, este libro es una invitación al debate y la reflexión, invito a los acuciosos intelectuales a leer este texto de crítica de la razón boliviana que busca comprender nuestro más íntimo ser social.
Ramiro Fernández Quisbert
Historiador
En distintas ocasiones llegaron a Bolivia Enrique Dussel, Ernesto Laclau, Marta Harnecker, Hugo. Zemelman, Franz J. Hinkelammert, Immanuel Wallerstein discípulo de Lucien Febvre de la escuela histórica de los Annales en Francia, Samir Amin, intelectual Argelino que denuncio el eurocentrismo y planteo procesos de descolonización, Tonni Negri politólogo de los nuevos movimientos sociales que le han dado mucho nivel a la reflexión sobre el proceso boliviano.
Zavaleta en su libro sobre lo Nacional.-Popular en Bolivia cita a varios de Los autores mencionados, además de ser un profundo conocedor de la literatura boliviana que es otra fuente riquísima para conocer la subjetividad boliviana.
Bautista no logra desprenderse de su anterior trabajo y sigue manteniéndose atrapado por la temática de su libro ”hacía una crítica ética del pensamiento latinoamericano, introducción al pensamiento crítico de Franz J. Hinkelammert (2007).
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