MANUEL TUCO ZAVALETA: EL INDIO QUE QUISO
SER PRESIDENTE DE BOLIVIA: La prensa, las falsas historias, y el movimiento
indio anarquista de 1947 en la Paz[1]
Ramiro Fernández Quisbert
La década del 40 del siglo XX, ya lo dijo
Winer en su libro la década olvidada, tiene muchas historias fascinantes,
historias que por si mismas demuestran que se vivían momentos de
efervescencia pre-revolucionaria que anunciaban una coyuntura de profundos
cambios en Bolivia. Ya de inicio se puede mencionar como hitos relevantes de la
década a la fundación del movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) en 1941,
la masacre minera de Catavi de 1942, la creación de la Federación de mineros de
1944, el I Congreso Indígena de 1945, el colgamiento de Villarroel el 21 de
julio de 1946 y en 1947 la consolidación del régimen de restauración de las
élites en el poder con el presidente Enrique Hertzog y sus aliados, los
liberales y los militantes del Partido de Izquierda Revolucionaria
(PIR).
También en ese crucial y definitorio año,
se produjeron acontecimientos que fueron configurando el escenario de una
revolución social, hablamos de las sublevaciones de indios en Ayopaya
(Cochabamba) y en el Altiplano norte de la Paz, del Congreso minero en Pulacayo
y la adopción del proletariado minero de la "Tesis de Pulacayo" de
1947, todos estos acontecimientos que finalmente se sincronizaron en ese
momento histórico de la guerra civil del 9 de abril de 1952, momento constitutivo
de un nuevo modelo estatal en Bolivia, como dijera René Zavaleta
Mercado.
Dentro de este contexto al interior del
país, signados por un contexto internacional de beligerancia entre las
potencias mundiales en la cruenta II guerra mundial y la guerra fría extendida
entre los dos sistemas de poder mundial, el capitalista y el socialista, nos
interesa en este artículo indagar sobre las sublevaciones de indios en 1947,
particularmente de la sublevación de indios en el altiplano de La Paz y cómo
enfrentaron los conflictos, el gobierno, la prensa y el movimiento indio
anarquista responsable de la creación de una fuerza sindical de labriegos que
dieron batalla sin cuartel a la Sociedad Rural Boliviana y al gobierno de la
restauración.
Para ello hemos recurrido a diversas
fuentes: noticias de la prensa local, nacional, fuentes primarias, tales como
expedientes del juicio instaurado contra los indios rebeldes de la Federación
Agraria departamental de La Paz y la Federación Obrera Local y desde luego con
bibliografía escrita sobre la época. Iniciemos con algunas noticias de la
prensa de la época.
La prensa y las falsas historias
En la década del cuarenta la prensa estaba
muy desarrollada, existían periódicos importantes de cobertura local y
nacional, y con diversas líneas ideológicas, que se solían alinear a favor de
las élites gobernantes y en contra de los las manifestaciones obreras o indias.
Los periódicos La Batalla, La Razón, El Diario, La Calle, acallada en 1946, con
el exilio de Carlos Montenegro y Augusto Céspedes, sus más connotados
columnistas, fueron los medios más importantes del momento y que influyeron
decididamente sobre la opinión pública nacional. Las noticias que presentaron
los diversos medios en 1947, sobre la sublevación india, fueron abundantes,
para ilustrar el momento, comencemos con la gran noticia presentada sobre la
sublevación india en la población de Caquiaviri.
Estos eran
algunos titulares de las noticias que publicó la prensa el 27 de junio de 1947,
iban acompañadas las publicaciones de fotografías que hicieran famosos al
capitán Isaac Vincenti y los agentes de la policia rural, Carrasco, Palma
e Ibañez que presentaron a la opinión pública a un indio rebelde
capturado a propósito de la sublevación india de 1947 en Caquiaviri cantón
importante de la provincia Pacajes del departamenton de La Paz.
El trofeo de guerra que exhiben para pasar a la
posteridad como cazadores de un zafari, no es otro que el indio Manuel Tuco
Zavaleta, acusado de ser el principal líder indio de la zona, y que había
concitado la atención de la prensa en sendos titulares y comentarios tanto de
los periodistas destacados a la zona, así como de los analistas y responsables
de las editoriales, los mismos que calificaban a Tuco Zavaleta, de
salvaje y sanguinario, de tener una orientación comunista-anarquista y
aspirante a tomar la silla presidencial de la república de Bolivia, creando con
ello un escenario de pleno rechazo en la opinión pública, como veremos mas
adelante. Sin embargo, este show mediático de demostración de poder y fuerza de
los aparatos de represión del Estado, posteriormente no fue corroborado por las
pruebas que recogieron los investigadores y los abogados y que luego
consideraron los jueces para dar una sentencia final.
Tal proceso judicial sacó rápidamente a
Tuco Zavaleta con sobre-seguimiento y dejó en el panóptico de San Pedro de La
Paz a los reales lideres y militantes de la Federación Obrera Local (FOL) y de
la Federación Agraria Departamental (FAD), demostrándose que no
era él el líder principal de dicha organización, ni un militante de
primera línea del anarquismo. Cabe la pregunta entonces..Porque la prensa dio
tanta importancia a este individuo, se trató de una estrategia política para
crear una opinión desfavorable al movimiento indio?
¿El Ministerio del interior y la policía
en concomitancia con la prensa, crearon la ficción de un personaje como este
para justificar la represión, creando una burbuja mediática con toda una
parafernalia que permitiría a la opinión pública demostrar el éxito de sus
acciones de control de las sublevaciones indias y enfrentar el pánico que
comenzaban a sentir los vecinos de los pueblos ante estos
movimientos?. Busquemos las respuestas en la información de ese momento.
Era conocida la intranquilidad que se
vivía en el campo, desde el Congreso Indígena de 1945, lo que se hizo mas
candente con el colgamiento del presidente Gualberto Villarroel, el 21 de
Julio de 1946, y las acciones de la fuerzas de restauración de liberales, piristas,
universitarios y miembros de la Sociedad Rural de hacendados, lo que se
patentizó en la zona de conflicto, con los acontecimientos de Topohoco de
fines de 1946.
El día 21 de diciembre de 1946, un titular
del periódico progresista “La Batalla”, daba una infausta
noticia “EN PACAJES SE
CONSUMÓ UNA NUEVA MASACRE DE INDIOS”, informaba además, que
ya el 15 de diciembre en la estancia Quilluma, el coronel Alberto Araoz en
compañía del Patrón Ricardo Crespo, se habían presentado con un piquete armado
de carabineros en el lugar y atacaron la casa del indígena Patricio Vargas,
saquearon la casa, se llevaron 2.500 bolivianos, hirieron a una niña de 9 años
de edad y al día siguiente mataron a Casimiro Oruña y a otros indígenas
que trataron de rescatar su cadáver, Pascual Mayta, Juan Mayta,
Mateo Mayta y Rafael Mayta Chura,[2].
Con estos acontecimientos iniciales
se había iniciado, algo ya anunciado con antelación, una resistencia indígena
en zonas aledañas al lago Titicaca, como sostiene Luis Antezana sobre el caso:
“El gobierno impuso el reino del terror y los trabajadores campesinos
desenterraron el hacha de guerra”[3] y
este fue el detonador para que el año 47 existiese una alteración social
permanente en el altiplano y los valles de La Paz y de todo el pais.
“en medio de la huelga de brazos caídos, en
una finca junto al lago Titicaca, un hacendado oscurantista conmino bala en
boca a los colonos, sus mujeres, sus hijos y sus familiares a presentarse al
día siguiente para la cosecha de papa. Bajo el terror unos 200 colonos se
presentaron al día siguiente en el terreno para trabajar, pero para medio día
de súbito voló sobre el terreno un avión y éste empezó a disparar sus
ametralladoras sobre la multitud que presa del pánico, no sabía dónde huir.
Pero cuando los aviones desparecieron, desde detrás de una colina varios
cañones de artillería empezaron a disparar sus obuses sobre la masa inerme que
quedó aún más paralogizada y desorientada /…/ luego intervino la infantería que
empezó a juntar a los campesinos por medio de los más torpes abusos y sin la
menor consideración de niños y las mujeres,” [4].
Aunque en este relato no se precisa el
lugar concreto de los sucesos, se hizo el esfuerzo de encontrar el dato
revelador, algunos indicios nos llevan a creer que fue en la provincia los
Andes en Aygachi, Puerto Pérez, que será el epicentro de las movilizaciones
indígenas estos años, estos hechos fueron los que motivaron una reacción más
violenta de los indios que sabían con estos antecedentes a que se estaban exponiendo
a una represión brutal sin concesiones, por su parte el gobierno nacional,
mandaba una señal muy clara en su política ante los indios aymaras sublevados,
situación re-confirmada con la elección de Enrique Hertzog, que a lo largo de
1947, bañó en sangre a los indios de todo el país y especialmente a
los indios aymaras de La Paz.
Los Acontecimientos de Caquiaviri
El corregidor de Caquiaviri el día 19 de
mayo de 1947, mediante noticias en inforvianas[5],
afligido comunicaba desde Charaña, que a cuatro leguas de la zona, en la
Hacienda Anta, de propiedad del señor Zapata, fueron victimados por los colonos
el administrador y un preceptor, se presume-dice el comunicado- que se trate de
los principios de una gran sublevación . Ante tales noticias con alta carga de
aflicción el regimiento Sucre se desplazó por el altiplano, los indios
sublevados se dirigían a la hacienda Typaparuyo, propiedad del señor Casimiro
Crespo, que en parte fue asaltada pero no totalmente destruida, además, a su
paso victimaron al administrador Andrés Montes y al preceptor Antonio López, y
segùn el relato, los vecinos de Caquiaviri por temor se vieron obligados a
refugiarse en la iglesia.
El Ministro de Gobierno, por intermedio de
la Dirección General de Policías, envió una comisión a la región para
investigar los antecedentes de la sublevación india. Dicha comisión, según
versiones de la prensa, había encontrado un volante de la Federación Sindical
en el muro del retén militar; en cuyo contenido se hacía alusión a
una reunión entre mineros e indios, resaltando una fotografía en la cual el
minero Clemente Quispe de la mina de Corocoro se
hallaba en una huelga de brazos caídos dirigida por Primo
Hidalgo, un dirigente importante de la zona.
Otros documentos mencionados, son las
copias de contratos entre la FOL y la FAD con los maestros rurales, que
impartían clases en las comunidades. De acuerdo con la comisión, los objetivos
de la revuelta eran: la abolición del servicio militar obligatorio, de la
prestación vial, del carnet de identidad, la parcelación de las haciendas y
comunidades; y la creación de escuelas de alfabetización.[6]
Por otro lado, según los
reportes de prensa y las declaraciones de los implicados, la
sublevación de Caquiaviri, iniciada en la hacienda
Anta, respondía a conflictos internos entre el administrador de la misma,
señor Montes y los colonos. Montes se había opuesto a la instalación de una
escuela en la hacienda y aplicar los decretos emitidos por el gobierno de Villarroel
en mayo de 1945, al no tener respuesta favorable, los indígenas apoyándose en
la FOL, los indígenas lograron organizar su sindicato, a cuya cabeza nombraron
a Manuel Tuco Zavaleta[8]. , la acción de los sindicatos en la
zona fue muy importante, impulsaron la educación e introdujeron las ideas
ácratas libertarias, al respecto se exhibieron mucho material impreso,
manifiestos, textos y otros que sirvieron para la capacitación de los
militantes aymaras del anarquismo, como se puede corroborar en los trabajos de
Marcelo Maldonado, sobre la escuela de Quilluma[1]
El día de los acontecimientos, produjeron los
indígenas colonos y comunarios un gran cerco que tenía alrededor de
1000 indios, como corolario de esta acción dieron muerte al
administrador Montes y al profesor impuesto por el administrador de la escuela
rural. El movimiento al día siguiente atacó el tren que pasaba por las
proximidades y que correspondía al ramal de La Paz-Arica.[9]
El Director General de Policías Isaac Vincenti, haciendo
una evaluación del conflicto anunciaba la existencia de tres focos de
“insurrección indigenal”. Estos estarían situados, según la misma fuente, en
las regiones de Puerto Acosta, Comanche y Caquiaviri.
La Captura de los
líderes
A partir de la aquella fecha entre
el 15 al 23 de junio la persecución de los indígenas
fue brutal, los allanamientos a las casas, los ultrajes del ejército a los
indios y sus familias y finalmente la detención de los cabecillas, el traslado
a La Paz, el sumario acusatorio, el encarcelamiento de algunos y el
confinamiento de otros.
Entre los días 16 a 25 de mayo fueron
detenidos varios cabecillas de la sublevación de Caquiaviri, el 23 de mayo, la
policía procedía al allanamiento de la sede de la FOL en La Paz, donde fueron
detenidos unos setenta indígenas de distintas zonas. En el local de esta
agrupación anarquista FOL-FAD, de la calle Murillo, la policía encontró
folletos y otros materiales “subversivos” acusándose a los dirigentes de la FOL
como instigadores de las sublevaciones de Caquiaviri.[10] de
entre ellos se destaca varios como mencionaremos a continuación.
Los líderes
Cipriano Chávez sindicado de la muerte del
administrador de la finca Anta y Francisco Escobar Cupo, dirigente de la FOL
sindicado de instigador de los indígenas al impulsar la organización de
sindicatos, ellos son los primeros que son presentados a la prensa[11].
Fue recién el 25 de junio que se capturó
al principal sindicado Manuel Tuco Zavaleta.
Manuel Tuco Zavaleta un líder de bajo
perfil, pero que la prensa hizo crecer con intenciones de manipulación de la
opinión pública, vayamos a los hechos.
Desde el ataque a la hacienda Anta, donde
mataron al administrador Montes, la opinión pública de la Paz y de todo el país
estaba esperando resultados de las investigaciones para capturar a los
principales líderes de esos acontecimientos, aun no detenidos, el 25 de
junio terminó esa espera, se conoció la noticia de la captura del principal
líder de la sublevación de Caquiaviri, ahora se podría conocer con más detalle
las motivaciones de aquellos hechos y a sus culpables.
El día miércoles 27 de junio de 1947, las
autoridades presentaron a la prensa al líder capturado, Manuel Tuco
Zavaleta, dirigente de los sublevados de la Hacienda Anta, los titulares de los
periódicos, hablaban del “indio que tenía aspiraciones de ser el
presidente”, “se dice que fue brazo derecho del “general”, Esteban Quispe
Yujra, líder de las movilizaciones de Karapata y Tacanoca”.
Manuel Tuco Zavaleta fue capturado en la
hacienda Anjocollo, según las declaraciones del propietario de dicha hacienda,
señor Alfredo Castillo Criales. Acusaciones que pesaban contra Tuco Zavaleta,
se resumen en el siguiente relato:
“desde hace un año y más se
hallaba en trajines subversivos, organizó batallones de indios a los que los
entrenaba en práctica militar”. Además se revelaba que él diseñó los
planes, encabezó ataques a propiedades, atacó la hacienda Airaparullo del
Canónico Crespo, además de mantener estrechos vínculos con
dirigentes de la FOL de La Paz.
Ya en la policía y luego en los estrados
judiciales, contrariamente a las acusaciones y denuncias hechas en la
prensa, Tuco Zavaleta en sus declaraciones delata a los dirigentes de
la FOL-FAD, afirmaba que él nunca pretendió ser presidente, que fue
Modesto Escobar dirigente de la FOL él que le dio el apelativo de “El
Presidente”, y luego los periódicos así lo nombraron permanentemente, y con ese
estigma fue acosado y perseguido. En otra declaración al periódico “La
Noche”, Tuco Zavaleta, manifestó su disconformidad con la FOL, “yo no quería
meterme al sindicato de la FOL, me ha perjudicado mucho”. Pese a
esas declaraciones, la prensa especulaba interesadamente y
elaboraba sugestivos titulares. el 26 de junio, uno de esos titulares
decía:
“Tuco Zavaleta, el indio de cepa que
aspiraba a sentarse en el sillón presidencial
del histórico palacio Quemado”.
La prensa en extensas entrevistas al
líder, sacó mucha información sobre su vida y ocupaciones, además de
fotografiarlo, les intrigaba que un líder indígena, sea letrado y además,
muestre aspiraciones presidenciales, la prensa a título de mofa, intriga, hacía
comentarios con mucha hilaridad. En las notas periodísticas se supo mucho de
él, salió a la luz que era hijo de minero, efectivamente en la zona de
Comanche, Caquiaviri,Corocoro, existía para entonces producción minera y su
familia era del lugar. Era un indio letrado, aprendió de niño a leer y
escribir, pudo leer la biblia y otros escritos religiosos, se definía católico
y en contra de los gringos evangélicos que invadían el campo, también solía
comprarse periódicos y revistas para informarse. Se supo que era casado con
Gregoria Quispe, con la que contrajo matrimonio y tenía un hijo de 6
años llamado Florencio (Gregorio). Se supo que fue reservista del ejército para
asistir a la guerra del Chaco, para su suerte a último
momento, su patrón había solicitado que lo licencien, ya era para
entonces el fin de la contienda en 1935.
En sus declaraciones él sostiene lo
siguiente:
“Yo no habría tomado parte activa de la
sublevación indígena si es que no nos
decían los de la FOL”.
La policía en sus investigaciones y
allanamientos había encontrado algún material que implicaba directamente a
indios dirigentes y a la gente de la FOL. La policía exhibió una bandera roja y
un sable, este último se decía que pertenecía a Esteban Quispe
Yujra. Sable que el líder indio se ponía en la cintura y además se hallaba
uniformado militarmente en los acontecimientos ocurridos, dato muy conocido, en
el caso de Luciano Willca de la sublevación de Waycho de 1871 y de Pablo Zarate
Willka en 1899.[12].
Los interrogatorios de la policía, reflejados en la prensa apuntaban por
entonces a saber si era evidente que había planes para tomar el palacio y el
nombramiento del Presidente y sus ministros, según la prensa, Tuco Zavaleta
proporcionó, datos concretos sobre ello, mostrando un gabinete de gobierno con
autoridades designadas, la lista es la siguiente:
1. Manuel Tuco
Zavaleta. Presidente de la República
2. Esteban Quispe Yujra (El
General) Ministro de Defensa y Jefe de las Fuerzas Indígenales.
3. Luciano Huayñuca Primer
Ayudante
4. Pedro
Anti Ministro de
Hacienda (Tesorero)
5. Pablo Mamani, Ministro de
Gobierno
6. Evaristo Mamani, Gran Delegado.
Quizá
esta lista revelaría, al Estado Mayor indígena, que dirigió todas las
sublevaciones en la Paz, que hubo una articulación de los movimientos
indios, que se enfrentó en los cuatro puntos cardinales del
altiplano y valles paceños al Estado Oligárquico y sus fuerzas represoras,
sin embargo, no fue así, nosotros no pudimos corroborarlo, debido a que en toda
la documentación revisada, el papel de Tuco Zavaleta, es menor, en cuanto a la
movilización general, donde si son mencionados frecuentemente, los indios
líderes: Marcelino Quispe Yujra, principal dirigente de la FAD y Esteban Quispe
Yujra, (El General) su hermano, principal dirigente del sindicato de labriegos
de Carapata, para despejar estas dudas revisaremos otros datos,
LOS RELATOS DE LOS INDIOS SOBRE LA
ORGANIZACIÓN SINDICAL
Las declaraciones de los
indígenas presos, cuando fueron interrogados en los centros
policiales, coincidían en informar que fue en la Estación
ferroviaria de Comanche donde se realizaban reuniones de indígenas
de los sindicatos, ellos salían de las haciendas de Kella-Kella, Pallcoma,Botijlaca,
Hanko Amaya, Charcoma y principalmente de la Hacienda Comanche propiedad del
señor Flavio Machicado, sindicatos afiliados a la FOL-FAD, que
conjuntamente sacaban las resoluciones para tomar acciones de hecho, por su parte,
las autoridades denuncian que la sindicalización era forzada, cada
hacienda nombraba dos delegados, en varias oportunidades estos delegados
llegaron hasta La Paz para concurrir a sesiones de la FOL en su Local de la
Calle Murillo[13].
Algo después, en el proceso de represión
se supo lo siguiente: El director General de la policía Isacc Vincenti en
una entrevista de la prensa reflexionando decía:
“la influencia de la
FOL-FAD se circunscribe a dos regiones, la una alrededor de
Puerto Pérez y Pucarani y la otra alrededor de Comanche y
Caquiaviri, de hecho esta información se
colectó de 32 indígenas detenidos por esa zona que daban
cuenta de esta situación[14].
Ante
esta crítica situación en el área rural de La Paz, el 12 de mayo la FOL había
enviado un extenso memorial a la sociedad rural boliviana y al presidente de la
república, denunciando abusos extremos de patrones y mayordomos, estos casos se
concentraban en Caquiaviri, Comanche y zonas aledañas a la mina de Corocoro.
Confirmando los temores de dirigentes de la FOL y con el conocimiento de
autoridades y propietarios de las haciendas en la provincia de Pacajes, el 15
de mayo de 1947, a las 4 de la madrugada se produjo un levantamiento
indígena-campesino en Caquiaviri, el epicentro de este movimiento fue en la
hacienda “Anta”[15]. Con anterioridad a los
acontecimientos el Director General de Policías Isaac Vicenti, había advertido
sobre la existencia de tres focos de “insurrección indigenal”. Estos estarían
situados, según la misma fuente, en las regiones de Puerto Acosta, Comanche y
Caquiaviri.[16]
Romero (1970) sostiene que el mes de mayo
se cierra con el anunció de una huelga general de campesinos como protesta por
la detención de varios miembros de la Federación Agraria Departamental,
sindicados de realizar reuniones contrarias al orden público. Las autoridades
procedieron a poner en libertad a cuarenta de los setenta y dos detenidos
iniciando la acción judicial correspondiente en contra de los treinta y dos
campesinos que continuaron privados de su libertad.
La esposa del finado administrador de la
hacienda Anta, Beatriz Montes, pide mediante memorial la imputación de 47
colonos más, implicados en los acontecimientos del 15 de mayo.Asimismo, como
nota muy destacada, la prensa presenta las declaraciones de indios a favor del
gobierno, ellos dicen comprender al gobierno y sus acciones, y es más indios de
la comunidad Colque, el 21 de junio visitan al presidente Hertzog, para darle
su respaldo.
Los indios mencionados, dirigidos por su
Jilacata Rosendo Ramos y su segundo, Marcelino Leandro, en aquella reunión
relatan, que los indígenas sublevados, desde hace tiempo atrás iban a reunirse
con miembros de la FOL, en sus oficinas de la calle Murillo de la ciudad de La
Paz, acusándolos de haber dado la orden de levantarse en represalia al
apresamiento de los colonos indígenas de la hacienda Anta y que
pidiendo su libertad, atacaron a la población de Caquiaviri en la noche
del 18 y 19 de junio, según ellos, el plan de los sublevados era arrasar con la
hacienda Ecra, hacer un cerco al pueblo.
Bajo este plan, la primera avanzada la
conformarían mujeres, y luego, se prendería en puntos estratégicos dos hogueras
para iniciar el ataque, pero este extremo había fracasado , así como relataban
indígenas adictos al gobierno, otras noticias de intentos fracasados se
presentan como rumores en los diarios, mostrando una gran paranoia colectiva,
que no era para menos.
Por esos días, en medio de esta crisis, no
faltaron los problemas de linderos entre comunarios, en la prensa se informa
sobre un sangriento enfrentamiento entre indígenas de Caquiaviri, provincia
Pacajes y comunarios de Jesús de Machaca de la provincia Ingavi, con
el saldo de un muerto y varios heridos. Ante aquellos acontecimientos una
comisión es destacada a la zona, el regimiento 21 de Julio. Entre tanto, en
el gobierno, los operadores de justicia, estaban en aprestos para
iniciar el proceso criminal contra los indios sublevados[17] ,
y contra los de la FOL.
El Ministro de Gobierno, por intermedio de
la Dirección General de Policías, envió una comisión a la región para
investigar los antecedentes de la sublevación campesina. Dicha comisión, según
versiones de la prensa, colecto pruebas sobre el accionar de los sublevados, informando,
primero, que se había encontrado un volante de la Federación Obrera Local en el
muro del retén militar donde se llamaba a sublevarse; que luego se había
decomisado una fotografía en la que se ve al minero Clemente Quispe, de las
minas de Corocoro, en una reunión de mineros durante la huelga dirigida por
Primo Hidalgo (luego este documento sirvió para probar las relaciones entre
mineros y campesinos). Además, informaban que se habían encontrado copias de
contratos entre la FOL y la FAD con los maestros rurales destacados al campo
como agitadores de la sublevación. De acuerdo con la comisión las demandas de
los sublevados eran: 1. La abolición del servicio militar obligatorio, 2.
anulación de la prestación vial, 3. extensión del carnet de identidad,4. La
parcelación de las haciendas y comunidades; y la creación de escuelas de
alfabetización.[18]
Mientras los indios campesinos de
algunas comunidades de Comanche y Caquiaviri ofrecían su ayuda a las
fuerzas de la policía, en contra de los campesinos colonos, los vecinos de
Caquiaviri enviaban una comunicación a la Dirección General de Policías, en la
cual se indicaba que la sublevación se había realizado con el pretexto de
sindicalizar a los indígenas y bajo la dirección de los miembros de la FOL y la
Federación Agraria Departamental.[19]
“Organizar la sindicalización campesina”. El Director de Policías también
informaba que los campesinos eran “instados a adquirir armas para contribuir a
la revolución agraria que entregaría las minas a los obreros y las tierras a
los campesinos”. Finalmente se establecía que los activistas de la FOL
recolectaban dinero en forma de ramas. El resultado de esta actividad de
agitación habrían sido los levantamientos de Topohoco, Caquiaviri y Cariquina
Chico[20].
La suerte de los indígenas de estas zonas
fue echada, los ligaron a la suerte de la FOL-FAD, encarcelaron a sus líderes,
confinaron a algunos, pero no quedó ahí la historia, en otras zonas aledañas
también los posteriores días se vivió esa agitación y quizá mucho más
contundente
Conclusiones
Es muy frecuente en las clases de historia
hablar de la importancia de las fuentes de información que nos permiten
reconstruir los acontecimientos históricos y comprender así los procesos
históricos globales y recomendar mucho cuidado en el tratamiento de las fuentes,
pues muchas veces encontramos fuentes fraguadas, construidas intencionalmente ,
fuentes que narran acontecimientos con base en hechos reales, pero que fueron
creados para justificar una intecionalidad política.
Una de esas falsas historias fue la creada
por el periódico la Razón en 1947, dándole aTuco Zavaleta un protagonismo
que nunca tuvo en aquellos acontecimientos, "el Indio que quiso
ser presidente de Bolivia". Ahora sabemos que él nunca fue líder
principal del movimiento, y el momento de su captura se convirtió en el chivo
expiatorio de la prensa para crear un ambiente de guerra, dando a creer a la
opinión pública que los sublevados querían arrasar con los pueblos. Que a través
de esas artimañas lograron dividir a los indios aymaras, generando
enfrentamientos entre indios sublevados e indios oficialistas, al parecer una
constante en la historia de nuestro país.
En medio de los acontecimientos reales, donde se
mezclaba la acción de los actores comunistas de izquierda del PIR, los
emenerristas y los anarquistas de la FOL-FAD, se creó una ficción
histórica, un plan de los indios aymaras para tomar el Palacio Quemado, un
futuro presidente indio vestido militarmente con charreteras, sable y su
gabinete, que aglutinaba a los actores de 1946 y 1947, de los
sublevados de los sindicatos de labriegos de Topohoco, Caquiaviri,
Carapara, Tacanoque y otras zonas del altiplano y los valles, movimientos
indios de antes de la revolución del 52 y de la reforma agraria del 53, y
finalmente, como la justicia liberó al dicho Tuco Zavaleta al no encontrarle
ninguna implicación directa con el accionar político del potente movimiento
indio-anarquista liderado por los hermanos Quispes en la Federación agraria
Departamental. Pero esta historia no terminaría aquí, Marcelino Quispe Yujra,
terminaría sus días en las tierras calientes del Ichilo, confinado y muriendo
de inanición y Esteban Quispe Yujra, no había salido de la cárcel de San Pedro
hasta entrados los años 50, donde perdimos su rastro.
[1] Este artículo es una parte de la tesis de
maestría del autor, que lleva por título: La guerra indígena contra el Estado Oligárquico en el Departamento de La
Paz, en su IV Centenario de Fundación (1946 – 1948)
[8] Según
Carlos Mamani, ese apellido Zavaleta es de mestizos, así que el no sería
netamente indio, sin embargo como veremos más adelante se trata de un líder
netamente aymara.
[17]ALP. CSD. C, Juicio a los indios sublevados de
Caquiaviri 1947 juzgado 6to de partido en lo penal de la corte
superior de Distrito de La Paz.
[20] Ibid
[1] Macerlo Maldonado."Katari irrumpiendo La Paz" La escuela de Quilluma, el sueño
catastrófico de la Federación Agraria Departamental (Huelgas de coerción
anarquista y escuelas rurales). Rev. de Inv. Educ. [online]. 2015, vol.8, n.1, pp. 11-34. ISSN 1997-4043.
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