sábado, 9 de mayo de 2015

LA HISTORIA DE LA MUJER EN BOLIVIA

MUJERES EN LA HISTORIOGRAFÍA DE BOLIVIA
Ramiro Fernández Quisbert

Introducción

"...En cuanto al marido y la mujer, al padre y los hijos y a la virtud de cada uno de ellos, las relaciones que les unen buena o mala y todos los actos que deben  ejecutar por ser loables o que deben evitar por ser reprensible, son objetos todos de que es preciso ocuparse al estudiar la política. En efecto todos estos individuos pertenecen a la familia, así como la familia pertenece al Estado."
                                                    Aristóteles

Conocer la participación de la mujer en la sociedad ha sido preocupación desde la antigüedad, por ser parte fundamental de la familia y desde luego, como afirmaba Aristóteles del Estado,  reflexionar sobre su rol en la sociedad ha sido materia corriente con mayor énfasis en los movimientos liberales del siglo XVIII, XIX y de los movimientos socialistas del siglo XX.

Ya en la revolución Francesa a propósitos de la promulgación de los derechos individuales del hombre entró en debate el tema, han pasado más de 2 siglos y más y aun hoy las mujeres no han logrado su ansiado reconocimiento social y verdadero protagonismo político, intelectual y laboral, aunque como sostiene Fernando Mires en este último tiempo se ha producido una auténtica revolución silenciosa, sin tiros ni metrallas, “La revolución femenina” (1998:53), años en los que el tema de la participación política de la mujer salió a flote abiertamente con los movimientos anticapitalistas y  prosocialistas.

Desde aquellos días de los aportes sustantivos del pensamiento socialista cuyas protagonistas enarbolaron la revolución social. “Flora Tristan, Angélica Bakabanoff, Louise Otto-Petters, Clara Zetkin, entre las principales (Mires 1998:55) en la que sorprendían al mundo con sus ideas revolucionarias, delegando a funciones públicas a mujeres, como parte de ideas antidiscriminación frente al sexo, clase, raza y fe.

Desde entonces una silenciosa revolución feminista se comenzó a experimentar a mediados del siglo XX, así se puede llegar a leer escritos de Simona de Beauvoir que intentó sistematizar la historia del Feminismo, ¿qué tanto hicimos nosotros al respecto en nuestras sociedades latinoamericanas?, seguramente hay mucha tela que cortar al respecto, nosotros  noveles en el tema solo esbozaremos unas líneas gruesas de reflexión sobre el caso boliviano.

Mujeres en la historia de Bolivia

En la madrugada del 2 de junio 1928, Adela Zamudio, escritora, poetisa, feminista boliviana, cerro los ojos y partió a la eternidad, había hecho con la pluma, lo que Juana Azurduy de Padilla, hizo con la espada, y Domitila Chungara con su firme convicción, luchar por la libertad. Mujeres ejemplares que lucharon a capa y espada contra los sistemas de opresión y la incomprensión de sus propios allegados,  menudean en  los libros de historia de nuestro país.

Hoy  sobre el tema de la mujer, existen muchas investigaciones  e investigadores (as), las transnacionales de la investigación que manejan a gana y gusto las modas y temáticas a investigar, han marcado la línea de las reflexiones. En Bolivia el tema de la mujer en la historia no es nuevo, y no es nuevo, porque su presencia en las luchas sociales siempre fue constante. En las luchas sociales del siglo XVIII, se conoce sobre la participación de Bartolina Sisa y Gregoria Apaza, mujeres indígenas que lucharon de igual a igual con sus parejas, contra la corona española. Pero donde se escribe sobre la participación de la mujer en las luchas independentistas es en la primera novela boliviana, “Juan de la Rosa” (1884), donde se aborda el tema de las Heroínas de la coronilla, mujeres como la  anciana Gandarillas que al grito de”  ¡Ya no hay hombres se corren delante de los guampos condenados, vamos adelante todos! azusando a sus compañeras para salir a combatir contra los chapetones españoles. (Aguirre :199).

Desde este tiempo se han escrito sobre las mujeres desde distintas perspectivas teóricas pese a ello y como afirma Kelly “A lo largo del tiempo, las mujeres han estado excluidas, en gran medida de la guerra, la riqueza, las leyes, los gobiernos, el arte y la ciencia. ( 1997:124), aunque últimamente se ha estado escribiendo una historia compensatoria, mea culpa de quienes hoy hacen investigación tratando de darle protagonismo a la mujer forzando los estudios, las épocas, los periodos, las memorias cortas y largas. Por ello debemos preguntarnos, ¿Cómo se está escribiendo la historia de la mujer en Bolivia?

Corrientes en la interpretación de la historia de la Mujer

Las Heroínas
Existe una historia como ya lo mencionamos épica, la heroína del positivismo, mujeres lideres que desfilan en el tiempo y en el espacio, Bartolina Sisa, Juana Azurduy, Vicenta Juariste Eguino, Juana Gorriti, Juanacha Sánchez, tratadas ellas en sendos estudios biográficos orientados a ensalzar sus vidas y  ligadas a la historia    decimonónica, haciendo coro a la historia de hombres heróicos que se disputan el poder como si fuera una joya preciada.
Las Luchadoras Sociales
Están los estudios donde se pone énfasis en la participación de las mujeres en las luchas sociales, luchadoras sociales que forman parte de organizaciones de masas obreras, artesanas, vivanderas, comerciantes, indígenas, campesinas y por que no mujeres políticas. Aquí se estudia a las mujeres bajo nuevos paradigmas de interpretación de la organización social (Herrera 1996:199), estos nuevos paradigmas sobre el estudio de la historia de la mujer se considera tres aspectos principales: restaurar a las mujeres como sujetos históricos;  para estudiar aislada a la mujer se empezó a mirar el género, a mujeres y hombres en determinadas situaciones que permitan ver desigualdades y dominación; se combinan análisis de género, clase, etnia y raza. (Herrera 1996:200), este tipo de estudios se comenzaron a realizar en Bolivia ligadas a las luchas sociales.
   
Estudios referidos a luchadoras sociales de  ideas anarquistas y socialistas son las que matizan la introducción de estos nuevos paradigmas alternos al individualismo positivista: son motivo de estudio las anarquistas  de principios del siglo XX, organizadas en gremios, sindicatos y que lucharon por sus derechos sociales, La Federación Obrera Femenina de oficios varios de la década del 20 del siglo XX, las culinarias y las floristas organizadas que hacen historia, a la cabeza de doña Petronila infantes, Rosa de Calderón(Rivera 1988:70); o María Barzola inmolada en 1942 en la masacre minera de Catavi, a si mismo las mujeres mineras que hicieron la huelga de hambre en 1978(Rodríguez 1988:177-186), que cuestionó y logró hacer caer al gobierno del dictador Hugo Banzer Suárez , a Lidea Gueiler  Tejada ex Presidenta de Bolivia que fue de las pocas mujeres que tuvo la revolución nacional de 1952.  Pero estos estudios se diversifican con estas perspectivas de género  considerando a los distintos sectores sociales.
Las Pensadoras y artistas
Esta visión ahora esta siendo completada por estudios sobre intelectuales y administradoras de haciendas. Así entran en esta vorágine de historia compensatoria personajes como Adela Zamudio, Matilde Casazola  y otras que contribuyeron al arte y la cultura.
Las Administradoras
Mujeres que tuvieron que verse obligadas a remplazar al hombre en el manejo de haciendas y/o empresas que resultan ser mujeres destacadas, criollas o mestizas que se vieron al frente de empresas u otro tipo de negocios remplazando el papel del hombre.
Mujeres según clase o etnia.
Los estudios por condición social y étnica así se encuentran trabajos sobre la mujer Aymara, Quechua o tupí Guaraní, o las mujeres mestizas y su rol colonial.

El Maniqueísmo en la interpretación de la historia de la mujer

Lo óptimo, pienso que para luchar por los derechos de género, de etnias o clases sociales, es buscar la verdad histórica y esta verdad histórica debe ser interpretada integralmente evitando caer en sesgos ideológicos, religiosos u otros aspectos que distorsionan la comprensión del fenómeno. En el caso de la participación de la mujer en los procesos político-sociales se cae en un maniqueísmo    en el cual resultan todas las mujeres buenas, positivas, victimas del patriarcado y de todas las agresiones sociales y de todas las arremetidas machistas, claro olvidando, que hubieron mujeres que fueron el gran sustento de los dictadores, mujeres que fueron el puntal de la represión y del oscurantismo clerical y militar y que aun hoy, son las masas de mujeres de las clases medias a las que recurren los políticos conservadores para inclinar la balanza del poder en elecciones o en procesos de conflicto social.

En el caso boliviano, la historia de la mujer esta salpicada de heroísmos y de heroínas luchadoras sociales, como vimos anteriormente, más sin embargo, se nos ponen de punta los pelos al pensar en la posibilidad de escribir sobre el sadismo de las mujeres de la oligarquía en las haciendas y/o de la participación de las mujeres beatas que destruyeron el colegió donde enseñaba Adela Zamudio, o las atrocidades de las Barzolas  movimientistas en los procesos de represión de los grupos emeneristas en la contrarrevolución, así mismo se nos atraganta la idea de investigar en serio el caso de los masacrados de la calle Harrington el 15 de enero de 1981 donde sólo sobrevivió una mujer presuntamente por haber hallado un buen escondite, o la fortuna mal habida de la esposa de Banzer en los años 90s y de las alcaldesas y gobernadoras con serios antecedentes de corrupción, sean ciertos o no, no debemos ver la historia desde una sola óptica, donde la mujer siempre sale airosa, esta es una visión  anti-ética, poco ecuánime, que sataniza al macho cabrio que la tiene dominada a  punta pies y con un látigo en la mano,  en cambio santifica a la mujer y le pone una aureola. Esta visión está bien para argumentos de películas de ficción, y novelas de Corin Tellado, pero no para la reconstrucción de la historia real, eso es puro maniqueísmo.      

CONCLUSIONES

Podemos concluir diciendo que los estudios sobre la participación de la mujer en la historia son cada ves más profusos, sin embargo, existe mayor balance teórico y honestidad intelectual a  la hora de tratar el tema, pues no es justo forzar datos y situaciones para demostrar cosas que no fueron y no son, aun hoy. Lo que es necesario evidenciar con justeza que la mujer ha tenido un rol en la historia, pero ese rol fue el que le asignó una sociedad machista patriarcal en la cual fue subordinada, como afirmaba Aristóles y también la Biblia, debía estar bajo la égida del hombre, del marido, lo que no le dio una total libertad de acción, aun así participó de todos los procesos de los que participó el hombre, en muchos casos de manera protagónica y emblemática, pero no hay que olvidar que en el balance final no hay que hacer una historia de buenos y malos, donde la mujer es la buena y el hombre el canalla, reconociendo que en ambos casos, ya siendo protagonistas principales o secundarios, ambos participaron en los acontecimientos históricos.  No hay porque trabajar bajo la lógica de la historia compensatoria que menciona Kelly y sí más bien desarrollar presupuestos teóricos que permitan vislumbrar nuevas formas de periodización, estudiando las categorías sociales adecuadas y las mismas teorías del Cambio Social. Una visión integral de la historia de la mujer es la mejor perspectiva para situar adecuadamente  en el contexto universal el aporte significativo de la mujer.

BIBLIOGRAFÍA

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Lenin, Vladimir Ilich. La emancipación de la mujer, Ed. progreso,Moscú,1980
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 Mires, Fernando. La revolución que nadie soñó o la otra posmodernidad, ed. Nueva sociedad, Venezuela,  1996
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Rodriguez Ostria, Gustavo. "Las compañeras del Mineral",en : Ser Mujer en América Latina, Nueva Sociedad Nro.93,  Caracas,1988.
Scott, Joan W. " El género: una categoría útil para el análisis histórico", en: Género conceptos básicos, Facultad de Ciencias sociales, Pontifica Universidad Católica del Perú.s/d. Perú




1 comentario:

Unknown dijo...

GRACIAS POR LA POSIBILIDAD DE COMENTAR:
Y QUE DE LAS MUJERES INDIGENAS PENSADORAS, ADMINISTRADORAS, ARTISTAS......
O SOLO MERECEN DECIR QUE EXISTEN....
ANA SUXO

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